Lávate la cara dos veces al día, por la mañana y por la noche, para eliminar la suciedad, el exceso de grasa y las impurezas.

Aplica una crema hidratante adecuada para tu tipo de piel después de la limpieza para mantenerla suave, flexible y protegida.

Usa protector solar con un SPF adecuado todos los días, incluso en días nublados o en interiores, para proteger tu piel de los daños causados por los rayos UV.

Evita fumar y reducir el consumo de alcohol, ya que pueden contribuir al envejecimiento prematuro de la piel y a otros problemas cutáneos.